martes, 20 de marzo de 2012

Apático



No quería que nadie me hablara, tocara o siquiera me miraran. Llevaba sólo 3 horas despierto y no quería más guerra. Odiaba al mundo y no repararía en demostrarlo.

Caminé por Ahumada y entré en una tienda lamentablemente muy concurrida. Los globos cayeron del cielo y el público me cayó encima. Cuando me di cuenta que era el cliente número cien mil, ya era demasiado tarde.

El mal humor me duró sólo medio día.


(Cuento escrito para Santiago en 100 palabras / 2012) 

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